Enfrentarse juntos a las olas
Consejos de Gaëlle y Jérémy para navegar sin sobresaltos
Embarcarse juntos en un velero es mucho más que una aventura marítima. Se forjan vínculos únicos, pero también puede poner a prueba una relación. Gaëlle y Jérémy lo dejaron todo para cumplir su sueño de surcar los mares. Como embajadores de NV, comparten sus consejos para sortear las olas en pareja.
Gaëlle y Jérémy – Pareja de embajadores
Cualquier buen marinero dirá que la comunicación es esencial en el mar. Y lo mismo vale para una pareja. Así que no es de extrañar que la comunicación abierta y sin culpabilizar al otro sea una de las bases fundamentales de la vida a bordo de un velero.
• Durante los preparativos debemos ser sinceros sobre nuestras expectativas, nuestra forma de ver las cosas, nuestros deseos y lo que no nos conviene.
• Antes de soltar amarras es preciso tener claro el papel de cada uno a bordo, nuestros miedos, la organización de las guardias, la ventana meteorológica que más conviene a los dos.
• Durante la navegación se deben aprovechar los momentos de calma y comodidad para hablar en profundidad de temas que probablemente se habrían tratado por encima estando en tierra.
• Después de la navegación se debe hablar de lo que ha ido bien y de lo que se podría haber hecho de otra manera, sin juzgar. Estamos en el mismo barco y el objetivo es hacerlo mejor la próxima vez.
La vida en el mar está llena de sorpresas. Evidentemente, puedes tener tus objetivos, pero las condiciones meteorológicas, la gente que conoces y las averías y reparaciones a bordo obligan a cambiar los planes. En lo que a nosotros respecta, hemos dejado de planearlo absolutamente todo. En la relación se debe adoptar la misma mentalidad. Tener una pauta y proyectos en común es importante, pero debemos estar dispuestos para adaptarnos en función de las circunstancias. Al fin y al cabo, más que el destino final, lo importante es el camino que recorremos juntos.
Gaëlle & Jérémy
Disfrutar de los pequeños momentos : maravillarse juntos
La vida en un velero a veces puede ser un poco abrumadora y dar la impresión de que uno se pasa todo el tiempo arreglando cosas, buscando soluciones y anticipando. Por eso es importante contrarrestar esa sensación con las pequeñas cosas cotidianas que hacen que la experiencia sea única y mágica.
En el mar : divertirse como un niño cuando los delfines juegan con la proa, observar las estrellas durante la guardia nocturna y contarse la noche al día siguiente, charlar durante horas cuando las condiciones son constantes y cómodas o disfrutar de una buena comida casera caliente antes de que anochezca.
En puerto o fondeados : maravillarse con la vista desde el cockpit, descubrir las frutas y verduras locales, conocer a otros navegantes, etc.
Todos estos momentos son un pretexto para crear recuerdos juntos, así que no deben descuidarse.
Como se puede imaginar, la relación de pareja adquirirá una dimensión totalmente nueva durante esta experiencia. La vida en un espacio reducido no siempre es fácil, y la falta de comodidad y de intimidad, así como las limitaciones de vivir y viajar en un velero a veces pueden ser difíciles de gestionar. Pero debemos recordar que estamos, literalmente, en el mismo barco, con el mismo sueño y el mismo objetivo. Debemos apoyarnos mutuamente de forma incondicional. Si el mar se vuelve agitado, tanto en sentido literal como figurado, debemos asegurarnos de que nuestra pareja se siente segura a nuestro lado. Dar ánimos, ser optimista sobre el futuro y recordar que después de la tormenta, viene la calma.
Si quiere seguir la aventura de Gaëlle y Jérémy, visite su blog y sus redes sociales.
