Estudiante – emprendedora y patrón de embarcación
aventura en el lejano norte
La aventura en el corazón
Clara es una joven estudiante – emprendedora, que siempre soñó con aventuras, viajes y mamíferos marinos. Pese a su juventud, Clara ya es toda una trotamundos. Con 16 años, se fue a estudiar a un instituto norteamericano; luego, pasó otro año estudiando en España y, después, hizo un cursillo de inmersión en Perú. Dicho esto, se entiende su afán de evasión, su sed de ver nuevos mundos y de superar retos.
Con 23 años, decidió emprender su mayor aventura: recorrer el mítico paso del Noroeste, entre el estrecho de Bering y el mar de Baffin. Ahí empezó el proyecto Desafío Fundación del Mar. En 2018, Clara creó su propia empresa, estableció un modelo de negocio, recaudó fondos y encontró el barco. Después de varios meses de preparación y financiación, por fin llegó la hora de la partida. Era su primer intento y, aunque la frenó el hielo, esto cambiará su vida y reforzará sus convicciones.
«No pensaba que este proyecto fuera a cambiar mi vida ni sobre todo que ya no podría vivir sin el Ártico».
Su alter ego : Christian, su padre.
Si hubiera que encontrar en Clara la genética marina, le vendría de su padre, antiguo regatista profesional de 1983 a 1996. Hoy en día, planificador de rutas en función de la meteorología, para barcos de competición, y director de la empresa Hokulea.
Christian sale al mar desde que su infancia, da la vuelta al mundo a vela con sus padres y su hermana.
Con 15 años, ya escuchaba en las frecuencias de radioaficionados a Willy de Roos, el primer navegante aficionado que cruzó el paso del Noroeste. Christian solía hablarle de eso a Clara, que fue alimentando poco a poco el deseo de atacar el extremo Norte.
Hoy, navegan los dos juntos rumbo a sus sueños.
Oggi, padre e figlia navigano insieme verso i loro sogni.
Un corazón tan grande como el Ártico
Clara es una joven comprometida. La primera conclusión que saca de sus expediciones al Ártico es la necesidad de concienciar a la opinión pública de las consecuencias visibles del calentamiento del planeta. Los magníficos paisajes por los que pasó están en peligro. En lugar de culpabilizar, Clara intenta, por el contrario, mostrarnos esos hermosos paisajes para convencernos de que debemos preservarlos.
Además de comprometerse con el medioambiente, Clara está implicada a fondo en una causa: los derechos de las niñas. Defiende y promueve sus ideas, dando su apoyo a Plan International, una asociación que trabaja por la igualdad entre niñas y niños, interviniendo en comunidades pobres, sensibilizando sobre los derechos fundamentales.
La primera expedición del paso del Noroeste permitió recaudar 8400 euros para esta causa.
