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Home Inspiración Navigation Story CYBÈLE 17 – Un Invierno en Islandia y la vuelta a Bretaña
Bateau équipé avec NV Equipment

CYBÈLE 17 – Un Invierno en Islandia y la vuelta a Bretaña

CYBÈLE 17

Un Invierno en Islandia y la vuelta a Bretaña

Julio 2022 por costas bretonas…. Cybèle acaba de reencontrarse con nuestras aguas habituales, hace una semana.
No era algo que estuviera previsto para esta temporada, pero ¡¡la primera de las cualidades de los marinos es la flexiblilidad!!
Creo que no hemos hecho mas que ponernos a prueba desde hace unos meses…
Retrocedemos unos meses atras para rememorar todo esto.

En nuestro artículo precedente contábamos nuestro fin de temporada en Islandia y preparativos para pasar nuestro invierno islandés.
Recordemos, nos acogieron en el pantalán del Club de Vela de Hafnarfjörður, en el barrio sur de Reikiavik.
Uno de los puertos más protegidos de Islandia… ¡y no obstante! ¡¡¡No nos faltó nada!!!
Estamos encantados de nuestra experiencia, aunque en modo alguno listos para recomenzar, reconozcamos que finalmente las cosas salieron bien.

Diciembre. El mes de la luz. Igual de bella es en Islandia que en Noruega o en Suecia. El pueblo nórdico domina el arte de convertir esos meses sombríos en tan alegres como es posible.

En el arbolado, por las calles, en los parques, las casas, los jardines, las farolas… todo sirve para poner guirnaldas, luces, velas…  Nos extasiamos ante los metros y metros de lucecitas enrolladas por troncos y ramas… pensando en las horas de trabajo y en la paciencia de quienes las han puesto. Los aleros de las casas están equipados de enganches, que se llenan de luces multicolores en cuanto asoman las tenebras invernales.

Descubrimos las leyendas islandesas a medida que recorremos las animaciones luminosas diseminadas por la capital, Reikiavik. Y como colofón de este mes festivo, los islandeses tienen la costumbre – y el permiso – de lanzar esas luces al cielo, entre el 27 de diciembre y el 7 de enero. Asistimos pues a esos fuegos artificiales desde el fin de la jornada. Siendo el 31 de diciembre el momento clave. ¡¡¡ Espectáculo continuo,  desde las 18h, con un intensidad nunca vista anteriormente, entre las 23h y 1h de la madrugada!!!

Felizmente, estas luces perduran en enero. Y luego, llega la nieve, poco a poco. No es muy frecuente en la región de Reikiavik, cuyo clima tiene la reputación de ser más suave que el del resto del pais. ¡¡¡Pero no este año!!! Nevó con abundancia en la capital y le costó canalizarla, debido a la falta de equipamientos y de personal, dado que el COVID imperaba en Islandia. Pero, la nieve aclaraba esas jornadas invernales y siempre resulta más agradable que hacer frente a la lluvia. En cambio, hay que dotarse de crampones, al haber hielo, y si es reciente y de capa fina…

Ocupamos nuestras semanas invernales, entre visitas y paseos por Reikiavik, veladas entre amigos,  de vez en cuando solos, a causa de ese satán de virus flotante… dimos alguna vuelta en coche por la costa suroeste, y a principios de marzo ¡por todo el país!
Sin olvidar que, sobre todo, nos hemos deleitado con la tradición islandesa de los baños termales:

  • en el balneario púplico más cercano a nuestro puerto, 2 a 3 veces por semana. Una piscina de natación a 30°, agua caliente a 39/40° – 40/41° – 41/42° – agua fría, para recolocarse por dentro a 4/8° y 9/12°,  todo ello al exterior ¡¡por supuesto!! Cada localidad cuenta con su balneario (siempre que haya un manantial de egua termal en las cercanías) y Hafnarfjörður cuenta con 3, además de todos los de Reikiavik. El acceso es gratuito par los mayores de más de 67 años (edad de jubilación en Islandia) y de bajo coste para el resto de la población.
  • en los spas privados, lo que les encanta en Islandia, empezando por el famoso Blue Lagoon, que al final no resultó ser nuestro preferido ni de lejos.

Por lo que se refiere al clima e invernaje en barco, no podemos hablar de comodidad. En el barco se está bien en cuanto a la temperatura. Teniendo en cuenta que las temperaturas no son extremas. Oscilan entre -5°C y +5° todo el invierno. En cambio, el viento es casi permanente. Las rachas se suceden sin parar  – algo no visto «desde hace 20 años» según nos han dicho…. A veces,  dos veces por semana, hasta 75 nudos (150 km/h). Cajones a bordo bloqueados, cocina balancín.

Lo que más cansa es el ruido y, aparte, el barco se resiente. Las maromas – de las cuales una de 60 m amarrada al muelle del otro lado del puerto – jubilación forzosa antes del próximo invierno…
Es el viento lo que nos ha incitado a mantenernos bajo techo y al abrigo, más que el frío o la nieve y causante de nuestra «desgana» cara a otra experiencia.

De todas maneras, no la tenemos en el visor. Si tuviéramos un momento, sería para dirigirnos hacia Groenlandia y volver a pasar un invierno en Islandia, pero hemos abandonado ese proyecto a fines de marzo, por el de dar una vuelta a Islandia, en dirección a Noruega, probablemente via las Islas Feroe.
Finalmente, tras las vacaciones de Semana Santa en Francia con nuestros nietos y, sobre todo, de las revisiones médicas de rutina, los resultados de una de ellas, nos hacen tener que volver. De ahí la flexibilidad…

Vuelta a Islandia a fines de mayo, con 3 semanas de retraso sobre la planificación inicial, 2 semanas para «vestir» a Cybèle con su atuendo estival y prepararlo para el largo camino de vuelta. Lo hemos decidido asi por ser Cybèle nuestra única vivienda, donde hemos de pasar los proximos meses en Bretaña. En el último momento, embarcamos con nosotros a nuestro amigo islandés Árni para enseñarle la navegación de altura. Nos va a resultar una ayuda preciosa.
Se han sucedido  – desde el principio, con la antena VHF que se cae – y por suerte no se rompió – todo tipo de problemas técnicos más o menos importantes y de salud. Nuestro capitán sigue sufriendo un mes después de un zóster que le apareció el segundo dia… «exento de guardias» sobre todo de noche, pusimos rumbo a las islas Feroe y llegamos con Cybèle en solo 3 dias.

Decidimos emprender el camino de vuelta. Teniendo que volver, por qué no aprovechar un poco. El tiempo se anunciaba más favorable hacia las Feroe que hacia Irlanda o las Hébridas.

Un primer fondeo a la entrada de esas islas salvajes – recomendable no obstante, pero que nos obliga a que nos ayuden submarinistas locales para liberar  nuestro ancla de una vieja cadena olvidada desde hace tiempo – y al dia siguiente entramos en el bonito  puerto de Torshavn, capital de esas islas que dependen del reino danés.

Escala de una semana, que Árni ha aprovechado dando largos paseos y visitas. Por nuestra parte, cuidar al capitán, disfrutando de la escala para tomar rumbo acto seguido.
Tuvimos también que ocuparnos del motor, que también ha tenido lo suyo a causa de un carburante – probablemente contaminado…. A la espera de una limpieza completa del depósito, hay que lograr alcanzar Francia, recurriendo a limpiezas y cambios frecuentes de los filtros.
Esta escala nos brindó la ocasión de un nuevo encuentro, de los que nos gustan, con la tripulación francesa de Askell Wenn. Estupendas veladas animadas con la guitarra de Árni, en sus manos o las de Patrick. Reencontramos el ambiente portuario que tanto disfrutamos, facilitado por las altas latitudes a las que no todo el mundo accede…

Disponíamos de 3 semanas para llegar a Bretaña. Las previsiones meteorológicas no nos ayudaron, teniendo en cuenta la salud del Capitán, con rachas de viento más bien fuertes y mas bien del Sur…. Aprovechamos todas las ocasiones de calma y/o  buena dirección del viento para avanzar… pero, hemos de reconocer que tuvimos que meter motor a menudo, … Contentos no obstante de haber llegado a poder seguir utilizando el motor.
Una primera etapa hacia la isla más al sur de las Feroe y volvemos a zarpar para 48h hacia las Hébridas exteriores. Los vientos nos fuerzan a pararnos en pleno Loch Boisdale. Un puerto muy abrigado y muy bien equipado, que nos va a permitir una vez mas cargar las pilas personales.

El tiempo no es extensible, ha llegado el momento de efectuar un cambio de tripulación. Nuestro amigo Árni se va con pena, para volver a su bella Islandia, y vamos a acoger al dia siguiente, sin tiempo de pensar, a nuestro amigo alemán hace tiempo, Bernd.

Ambos han tomado el vuelo entre Glasgow y Barra. Este último aeropuerto tiene la particularidad de depender de la marea, ¡¡¡la pista es la playa misma!!! Bella experiencia para nuestros dos amigos.

Con Bernd a bordo, zarpamos a primera hora hacia Irlanda. Con la esperanza de llegar al menos a Dublín pero, de nuevo, con las previsiones en contra. Iremos finalmente a Bangor a la entrada de la bahia de Belfast. Una vez mas, un puerto urbano, muy acogedor y bien equipado.

De ahí, rumbo a Francia, para acudir a la cita médica, dado que sabemos ya que no lograremos llegar a Brest a tiempo. Les dejo con un poco de aprehensión, dado que el capitán está lejos de verse liberado de sus dolores y  lejos de su forma habitual. Pero, nuestro amigo – feliz propietario reciente de un sistership de Cybèle – es un marino avezado y eficaz.

Y en efecto, en casi un único «golpe de ala», llegarán 4 dias después a una de las rias altas bretonas, a Aber Wrac’h ¡¡Cansados pero felices!! ¡Bravo!.


De nuevo gracias a nuestros amigos Árni y Bernd por habernos acompañado en esta bajada ¡¡«a toda pastilla»!! Hemos podido compartir con ellos nuestra experiencia de marinos y transmitirles reglas de seguridad y trucos que les ayudarán en otras navegaciones y que transmitirán a su vez en el futuro.

Como ha venido pasando con otros miembros de nuestra tripulación, tras un tiempo de incertidumbre sobre la pertinencia de navegar con nuestro entoldado de bañera, al final les ha conquistado, por la seguridad y la comodidad que aporta.
En el mar de Islandia, con  mar de fondo y picado, ha recibido pacientemente sin rechistar algunas olas un poco más intrusivas… Nos ha protegido del frio, dia y noche.

Alzó los «faldones»  laterales, para dejarnos admirar los acantilados abruptos de las islas Feroe y las islas salvajes de las Hébridas.
Y por fin, ya en Bretaña – donde nos sorprenden temperaturas a las que no estamos acostumbrados, echó todos los «faldones» arriba o recogidos, el bimini – equipado esta vez con parasoles NV – nos protege del sol  ¡¡y nos brinda un airecillo fresco que se agradece!!

Cybèle va a hacer cabotaje – y estar varado – en la Punta Norte de Bretaña durante las semanas estivales, probablemente en torno a Brest.
Como siempre, pueden seguirnos en nuestro blog y/o Facebook, en nuestro grupo privado epónimo « Les voyages de Cybèle ».
Una vez respondidas todas las cuestiones, se puede seguir nuestro periplo y «hablar» con nosotros.

No hay que dudar  – como siempre – de venir a saludarnos en nuestras escalas si nos reconocen.
¡¡Nos tomaremos una foto para NV!! Siempre se nos puede encontrar en MarineTrafic, gracias a nuestro AIS.

Con nuestros mejores deseos de una  bella  temporada de navegación
y una buena lectura de la página web de NV
¡Hasta pronto!
Valerie
– Julio de 2022 –

Créditos fotos:  Valerie Viel – François Dupuis –  Árni Áskelson –  Bernd Lienhöft